CAP V: BRISA, RAÍZ Y ROCA

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Cuando estaba anocheciendo, Hemisferia paró junto a una laguna. Las golondrinas habían guiado a la joven por un recorrido largo y duro.

Se acercó a la orilla y pudo observar la belleza de unos árboles reflejados en el agua y se puso a pensar sobre su crecimiento.

Raíces. Origen.
Pasaron por su mente imágenes de la felicidad que transmitía su cara cuando era niña y como poco a poco se había ido endureciendo a medida que había ido creciendo y evolucionando hasta lo que era en ese momento, un alma desolada. No solo había hecho un largo recorrido siguiendo a las golondrinas, inconscientemente, había hecho un recorrido desde su niña interior a su ser actual. En ese recorrido siempre estaba presente un hilo imposible de cortar, raíces que nos unen a lo que somos.
Volvió a observar los árboles y esta vez los mecía una leve brisa.

Brisa. Viento. Tempestad.
Quizás las golondrinas, la habían guiado por el camino hacia una nueva etapa.

Partir. No retorno. No lamentos.
Las lágrimas que resbalaban por sus mejillas ya eran rocas.
Hemisferia tenía que aferrarse a sus raíces y afrontar que no había sido un sueño. Ella debía partir hacia un nuevo camino y dejar ir al árbol que, aun teniendo raíces fuertes, la tempestad lo arrasó.

Relato y Collage de E.SH