Seguridad intercalada gracias a marismas adyacentes.
Salvemos inmediatamente géneros malversados anatómicamente.
Sigamos, imbéciles, generando montañas antropomorfas.
Senderos imaginarios grandilocuentemente mencionados aquí.
Superlativamente intencionado, gramaticalmente masturbado. Ateos Adiós.
A Dios pido perdón, por ataduras blandas en costas rocosas. No fueron por mi culpa tu paro o tu disparo.
Ante el relieve de la situación, paro. Recargo con la intención de recogerte entre gárgaras de plata y salmuera. Que se muera si se atreve, que queremos ver si es tan valiente.
No me atas, solo rematas
Lo que una vez hicieron de mí, y otra se quedó en ti. Atrapado en los bosquejos más oscuros. Sin quejas, ni cartón.
Ni trampas; todavía hay quien pregunta.
Con los pies fríos no se folla bien, pero tú átatelos, que quiero seguir clavando historias. Esos mocasines no van a volver a saltar; al menos, no mientras tenga intención de seguir conduciendo.
En mis frenazos dejo tu carmín sobre el asfalto, falto de higiene impersonal y de talento natural para desmayos anticipados. Te rogué que mordieses, y seguiste disparando.
Conduzco. Conduje. Conducir(ás).