EL VENENO

extran%cc%83amania2Tus ojos reflejaban un extraño humo negro,

que me atraía y me ahogaba las entrañas,

sin pedir ni siquiera permiso.

Detrás de esa puerta que nunca quisiste del todo abrir,
me escribías nanas para que en el infierno yo pudiera dormir.
Recuerdo esas letras que decían yo te cuidaré, iré a por ti,
y el infinito a otro amor dedicabas, de más está decir.

Cuando quise huir, mis pies estaban helados,
y supe entonces que ya era demasiado tarde,
que ya daría igual,
pues por más que apagaba mi cuerpo,
tu mirada ya no podía borrar.
Tu piel, tu aire, tu ser yo deseaba encerrar,
para que no volvieras y así mi sangre curar.

Y pasaron días, semanas y meses.
Tiempo y más tiempo indefinible
en el que cada respiro se convertía en huracán.
Pasado el temporal y apagado el volcán,
decidí contar hasta tres y despacio saltar.

El peso del bloque de hielo que por cuerpo heredé,
cayó tan veloz al vacío que con la danza del hastío,
finalmente amortigüé.
Con el hielo derretido y miles de cristales a mi alrededor,
mis huesos noté calados de nuevo en la razón.

Mi mente rozó la claridad que en aquel momento necesité,
no me falló, no me fallé.
Supe aprender mientras bellos rezos susurré:
El miedo silencié,
la soledad envenené,
porque estoy tan lejos de quererle
que al fin el veneno de sus mentiras cerré.

Relato y Collage realizado por E.Sinache